lunes, 8 de abril de 2019

REPORTE SOBRE LAS "SAGRADAS" ESCRITURAS




CICLO 3° TERCERA ENTREGA REPORTE DE LECTURA INTRODUCCIÓN A LA SAGRADA ESCRITURA:
LECTURA: JOSE ENRIQUE RAMIREZ- KIDD: PARA COMPRENDER EL ANTIGUO TESTAMENTO, (págs. 32-40)

A MANERA DE INTRODUCCION: La interpretación del texto bíblico en una cultura depende del nivel social y político de la misma, de lo que carece y de lo que abunda, ante la carencia la biblia es un extraño “pan” que no se sabe con qué se come, pero es buen pan y hay que “comerlo”, y ante la abundancia es solo un libro guardado y hasta bien protegido que debe estar en el centro de la biblioteca, en ambos casos, el lector comúnmente; lee pero no comprende, cree entender y por lo tanto cree poder convertir el “mensaje” en experiencia, pero lo leído no es venido de alguna experiencia de vida, tal como lo sería una enseñanza venida de la experiencia de un ex-convicto, un ex-drogadicto, un ex­­­­-matrimonio, etc., por lo tanto la lectura no puede convertirse en testimonio de vida, a lo más que puede aspirar es a convertirse una lectura bíblica es en una ostentación religiosa, y como tal en una actitud pregonera.  

Es estar en lo correcto cuando se afirma que los textos bíblicos fueron en su tiempo escritos con recursos literarios propios de la época, y mucho antes de que estos fueran escritos ya existían valiosos libros escritos en prolija prosa y fecunda lingüística. Y quienes escribieron estos textos no estaban utilizando un lenguaje oculto para que fuera descodificado en el futuro; en nuestro tiempo, pretender que el relato del génesis atiende a conflictos humanos es esforzar los mismos a que parezcan como “conflictos humanos”, pero eso sería alejarse del relato, de un relato seudocientífico; al igual que muchos otros han pretendido y han presumido de la pseudo-ciencia que han construido. Quienes escribieron estos textos algunos estaban defendiendo sus ideas “científicas”, sus territorios, su cultura, su religión y hasta el poder político y económico, entre tanto otros estaban defendiéndose de sus vecinos opresores, otros en cambio estaban simplemente haciendo poesía, poesía turbulenta o revolucionaria. Quizás lo que menos estaban escribiendo estos escritores hebreos era ideología religiosa, la ideología religiosa se “sembró” en el texto bíblico, suplantando criterios y estilos literarios propios de la cultura de quienes re-escribieron los textos bíblicos. Esta suplantación o falsificación de los textos bíblicos es lo que ha permitido que se siguieran haciendo injertos, tal es el caso del Nuevo Testamento, el cual puede ser considerado como un injerto; tanto que no se pudo alinear con las ideas del Antiguo Testamento y fue necesario hacer una “segunda parte”, Nuevo Testamento, muy ligado, pero a la vez, muy desligado de su entronque bíblico.

No se debe pretender que los textos bíblicos sean la respuesta para toda situación social o política, religiosa o antropológica porque de hecho no existe esa “superioridad” del texto, tampoco son los textos bíblicos un tratado de misticismo o esoterismo en donde cada quien puede encontrar respuestas para aclarar los arcanos de la vida. Existen textos que ocultan un mensaje, y en un esforzado análisis se pueden descubrir secretos del mismo tal es el caso del gnosticismo si fuera el caso, pero la biblia no es de esos textos, porque el valor real de los textos bíblicos es precisamente por ese folclor de pueblos nómadas, por esa antigüedad literaria de temas religiosos que se enlazan con otras culturas vecinas y afines por estar bajo el dominio de otras culturas más poderosas, opresoras y expansionistas, y es en este encuentro de culturas donde surge ese valor histórico atribuido a los textos bíblicos, con un característico estilo literario que no es solamente propio de una época, sino que también es propio de situaciones sociales y políticas complejas.  Y como haciendo mérito de esa condición errante o nómada de estos pueblos, su bagaje cultural e ideológico religioso fue incrustado en la posteridad, en otras culturas totalmente ajenas y sin ningún parentesco con la cultura hebrea.  El legado de estos pueblos nómadas se convierte por una estrategia de la política expansionaría en punto de partida cronológico para un “nuevo mundo”, un nuevo mundo que se inicia desde “cero”. Es así, como occidente adopta y adapta con fines políticos más que religiosos la época de estos pueblos a través de su particular literatura como una guía de vida, como la vida misma.

Los textos bíblicos no son como una ventana desde donde se mira ese horizonte que se confunde con la vida misma, como temas convertidos en ideología religiosa pretenden llegar a constituir la vida misma, pero como textos deben ser re-leídos para ir más allá de esa primera “mirada”, y es en esta re-lectura donde Kidd llega a la conclusión de que la religión no es la vida misma, sino “una dimensión de la vida” (1). Es correcta la afirmación de que los textos bíblicos a través de los personajes, imágenes e ideas forman parte de ese bagaje simbólico de la cultura occidental, pero esto solo es correcto en cuanto el lector sea un lector “cabizbajo”, esto es, un lector perezoso que no quiera “levantar los ojos y ver más allá” (2).
Ramírez Kidd defiende los textos bíblicos, la defensa que hace o la exegesis en cuanto defensa no es muy diferente de esas otras clásicos apologistas o exegetas bíblicos. El pretender que los textos bíblicos tienen un sinnúmero de significados es prueba de esa defensa, el pretender que el lector o una cultura pueda encontrar la vida dimensionada en el clamor de autores hebreos y la pseudo-ciencia de otros hebreos es también una continuación de la exegesis bíblica, solo que, en otros contextos políticos y sociales, en otra época y en otra cultura. Tratar de acomodar algunas de las incoherencias de los relatos bíblicos en coherentes concepciones modernistas es seguir colocando la biblia en el centro de la biblioteca.

Los condicionamientos culturales de los textos bíblicos y la necesidad de “levantar los ojos y ver más allá” se constituyen en parte de esa defensa de la significación serial de los textos bíblicos, y surgen en una determinada cultura en función de ese sentimiento religioso que se intensifica en función de las necesidades apremiantes y recurrentes. Un ejemplo claro es Latinoamérica y su teología de la liberación.
Y es en estas necesidades y situaciones de carencia que el texto bíblico se convierte en un instrumental social, en oposición a otras situaciones sociales y políticas en que el texto bíblico se ha convertido en un instrumental de opresión y de dominio.  Solo así se puede afirmar ese significado serial de los textos bíblicos, pero no es porque el texto es un “mar profundo” de significados, es porque la cultura a través de sus especialistas así lo determinan o lo decretan, y esto tampoco se diferencia mucho de los históricos decretos que han sido los cimientos institucionales de la religión. La posible lectura de los textos bíblicos no es porque los mismos tengan esa dimensión anfibológica, es porque los cambios sociales de cada época permiten que lo que fue en otro tiempo una ingratitud sea en este una gratitud, que lo que en aquel tiempo constituyo una contravención; en este sea un despertar de conciencia, tal es el caso del primogénito que Abraham se negó a ofrecer en sacrificio, y su negación no fue una rebeldía sin causa, fue simplemente un ajustarse a los tiempos modernos de la época, a los cambios del entorno social de la época, “al cambiar el entorno político y los valores de la sociedad cambian, correspondientemente, las posibilidades de la lectura de un texto, de sus personajes y de sus temas” (3), Abraham estaba re-interpretando las tradiciones y las actualizo dejando de ofrecer sacrificios humanos de inocentes, los franceses vieron muy conveniente rescatar la traición de Caín y convertirla en heroísmo, sus justificaciones tenían, solo que esta inversión textual sobre Caín corresponde a una conveniencia del momento y no a una corrección o actualización de la tradición, tal es el caso de Abraham.
Leyendo a Ramírez Kidd pareciera que las tradiciones bíblicas siguen en vigencia, solo que se trata de una vigencia que se actualiza, y una actualización bíblica es precisamente estar ubicando convencionalmente su tradicional e inequívoca lectura a los cambios sociales, pero sobre todo abordando sus textos desde la hermenéutica de las ciencias sociales; esto es, desde las diferentes posibilidades interpretativas a la “luz” de hallazgos históricos y antropológicos; en especial.  La actualización de los textos bíblicos es una mediación o intromisión de las ciencias sociales y nunca el descubrimiento de una nueva revelación, si los textos bíblicos tienen alguna utilidad es porque el lector o la cultura así lo disponen, es porque así lo decretan o lo aceptan.

LUIS RIVERA PAGAN: FUNDAMENTALISMO Y HOMOFOBIA
Una vez más; las “sagradas escrituras” sirven de apoyo para hacer interpretaciones convenientes a unos y en contra de otros, la pluri-significación de los textos bíblicos es inagotable en situaciones de aceptación, pero agotable en situaciones de no aceptación, la pluralidad textual o la ambivalencia del texto pierde significación cuando se respaldan situaciones no tolerables. Acudir a los textos bíblicos para repudiar los derechos feministas, las relaciones de pareja, la homosexualidad se convierte en una prueba fehaciente de que esa dimensión inagotable de significación de los textos bíblicos se agota en la intolerancia y el fundamentalismo religioso. Y eso es lo que Pagan nos trasmite en este ensayo, la lectura bíblica para frenar el impulso de la modernidad y la pluralidad religiosa, la pluralidad de devociones culticas dentro de una misma Fe; las relaciones de pareja y el reclamo de las mujeres por sus derechos, el reclamo de los derechos civiles de los grupos homosexuales, en fin, la lectura bíblica para delimitar las fronteras de lo socialmente aceptable y legítimo. (4)
“Guerreros de la Fe” es el grito de guerra de estos dogmáticos defensores del texto bíblico, y libran con su intolerancia una batalla contra todos estos movimientos modernistas, en medio de un “arcoíris de espiritualidad” (5) se oponen antes las interpretaciones metafóricas del dogma teológico, y ante las aspiraciones de las mujeres en la práctica ministerial y el sacerdocio, pero sobre manera ante los derechos civiles de las personas que se salen de lo convencionalmente aceptado y legítimo, tal es el caso de la diversidad sexual que reclaman la legitimidad religiosa.
Los derechos civiles de los homosexuales no deben ser otros que los de la comunidad heterosexual, y asi mismo como Pagan denuncia la lectura bíblica para condenar esta orientación sexual así mismo recurre a una lectura bíblica que libera la homosexualidad, solo que en esta lectura los homosexuales están al lado de los indigentes y desvalidos. Parece extraño y arcaico que un tema como la sexualidad ya sea una orientación improductiva o no lo sea, tenga que recurrirse al texto bíblico para legitimarla o condenarla, la homosexualidad es un derecho individual y como tal existe y se práctica, independientemente si es saludable o no lo sea. En una sociedad en la que cada vez más se reconoce la legitimidad y la autonomía del placer sexual, estar luchando contra las orientaciones sexuales se convierte en un retroceso, tan similar como las estériles discusiones sobre los dogmas teológicos siglos atrás, pretender condenar la homosexualidad como “degeneración moral” es una condena muy propia de esos líderes religiosos que siempre han permanecido condenado la sexualidad como una práctica impura y útil solo en la reproducción.  
Estos líderes religiosos que se oponen a los cambios de los tiempos son los mismos, al menos en actitud, a aquellos que se enfrentaban a las supuestas herejías, y Rivera Pagan hace una relación de los mismos con los “santos” inquisidores, que con sus intervenciones “se proclamaban sagrados figones y auditores de la intimidad personal” (6).
Los asuntos de moralidad sexual siempre han provocado la morbosidad de los líderes religiosos, la educación sexual, los métodos anticonceptivos y reproductivos, el aborto, etc., han sido para estos líderes un tabú que debe ser controlados por ellos mismos, para esto líderes, según Pagan; la biblia siempre ha sido el libro de consulta para enfrentar y “solucionar” este tipo de situaciones, y esta vez la lectura buscada será la que discrimine y la que condene y persiga “a quienes defiendan el derecho a la intimidad de sus orientaciones sexuales” (7).
La reflexión sobre la homosexualidad se ha convertido en un tema tratado casi que con la misma intensidad que fueron tratados temas como lo esclavitud, si el alma estaba presente en todos los hombres o solo había unos que eran privilegiados, si la mujer tenía los mismos derechos que los hombres, etc. (8) El prejuicio y la ignorancia sobre la sexualidad se agrava entre la homosexualidad, y de nuevo se acude a la lectura bíblica en busca de respuestas y soluciones; unos para condenar y otros para justificar, la biblia se convierte en estos casos en un subterfugio ya sea para discriminar o para legitimar acciones humanas que se apartan de lo “acordado”, “decretado” y “establecido” como legítimo e igualmente lo que es ilegitimo.
Apunta Rivero Pagan, refiriéndose al homosexualismo, que la publicidad que se hace actualmente al homoerotismo ha logrado disminuir el prejuicio y por consiguiente la homofobia hacia estas comunidades y personas es cada vez menor, “se gesta un profundo cambio en la cultura y la mentalidad popular” (9) y como tal una aceptación relativa, porque siempre la homosexualidad será una inversión más que una orientación. Cita Pagan, películas, novelas y canciones donde se alude al homoerotismo como parte de esa diaria publicidad, y es que hoy se insiste en introducir la homosexualidad en el quehacer cotidiano, son pocos los videos musicales en donde no aparezcan mujeres besándose, porque al parecer el homosexualismo femenino “vende mucho”, por su parte la homosexualidad entre hombres es menos publica, o “vende menos”, en fin, produce mayor morbosidad la homosexualidad femenina. La bandera de la homosexualidad ondea en muchos lugares públicos y ya nadie se sorprende, y son pocos los que escandalizan.
Desde mi punto de vista personal; la homosexualidad no es algo que rechace ni algo que acepte, a mi entender, la homosexualidad no es exactamente una “decisión sexual”, quienes se convierten en homosexuales es porque padecen un problema hormonal, un problema hormonal provocado por los cromosomas. Todos los seres humanos tenemos cromosomas de ambos sexos, lo masculino y lo femenino es parte de la condición biológica de la animalidad vertebrada, hasta en especies diferentes a la humana la practica homosexual se verifica.
 A grosso modo, y en la mayor brevedad posible, respecto a la homosexualidad animal; la homosexualidad se trae genéticamente en aquellos que desde su nacimiento traen ya una “desconfiguracion” cromosómica, en algunos es tal, que la condición hermafrodita se manifiesta, en otros seres la desconfiguración empieza a provocarse en la lucha cromosómica, en el hombre, los cromosomas femeninos que por naturaleza tienen una mayor organización biológica (tanto como para organizar la creación de un nuevo ser) tratan de reacomodarse en la condición masculina y en ocasiones terminan imponiéndose en lo masculino, terminan  “vistiendo” o “descoloreando” los restantes cromosomas masculinos, y lo masculino tiende a lo femenino, se “travestiza” o se  “hembrea”. En la condición femenina, en ocasiones la lucha cromosómica, aunque la presencia de lo viril sea menor, el “machismo” de lo masculino termina imponiéndose por la fuerza y lo femenino adquiere matices masculinos, cuando estos matices son muy intensos la mujer se “hombrea” ya sea en actitud o en los rasgos físicos. La lucha cromosómica es continua, siempre se está liberando en los seres, es la misma lucha entre el espíritu y la carne, especialmente en los seres pensantes, y es por eso que muchos hombres y mujeres terminaron cediendo, algunos en edad temprana otros en edad avanzada, los que no ceden ante esta minoría cromosómica son aquellos seres que se impusieron al impulso animal, los que espiritualmente tienen mayor dominio sobre su naturaleza animal y lograron imponerse a la “carne”, aunque en ocasiones el prejuicio moral participa activamente y la resistencia les funciona, los que sucumben a la minoría cromosómica permitiendo que esta minoría sea la que decida la orientación sexual  son los que tiene una mayor disposición hacia lo animal, la espiritualidad en estos no les alcanza para sostener una lucha justa entre sus principios biológicos.
El hecho de que tolere, respete y acepte sin censura la diversidad sexual no implica que calle e ignore la verdadera causa de la misma, o que ignore que la homosexualidad sea un padecimiento, y por cierto; la forma en que se puede evitar y superar este padecimiento me es muy similar a ese requerimiento bíblico de la superioridad del espíritu sobre la carne o la condición animal, esa disposición plena hacía lo espiritual para no caer en el sufrimiento de los padecimientos, y no ser víctimas “de los estigmas y sufrimientos que padecen los homosexuales a causa de la homofobia eclesiástica...el sufrimiento agudo y profundo que las actitudes de intolerancia y discrimen de iglesias y agrupaciones religiosas fundamentalistas infligen a las personas de orientaciones sexuales diversas” (págs., 6-7)
CITAS BIBLIOGRAFICAS:
(1): J E Ramírez Kidd, Para comprender el Antiguo Testamento. Pág. 34
(2) Ibid.
(3) Ibid. pág, 36
(4) Luis Rivera Pagan, Fundamentalismo Religioso y Homofobia, pág. 4
(5) Ibid.
(6) Ibid. pág. 8
(7) Ibid. pág. 12
(8) Ibid. pág. 14
(9) Ibid. pág. 17
(10) Ibid. págs.. 6-7 

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